Las CER, Comunidades Eclesiales por el Reino de Dios, son una experiencia de vida cristiana que, como su mismo nombre lo dice, se fundamenta en tres parámetros esenciales: 1) La decisión de creer en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo vivido en pequeñas comunidades en las que, por la gracia del Espíritu Santo, se experimenta la dicha de ser hijos de Dios, se cuenta con la presencia de Cristo Resucitado y se construye la alegría de la fraternidad. 2) El propósito de vivir en profunda comunión con el misterio y la misión de la Iglesia Católica, a partir de una fiel obediencia al Magisterio y una concreta vinculación a la vida de la propia diócesis a través de las parroquias. 3) El ideal de buscar en cuanto se piensa, se ama, se dice, se hace y se es el advenimiento del Reino de Dios, como la única causa por la que vale la pena vivir y morir, conscientes de que todo lo demás vendrá por añadidura (cf. Mt.6,33).
Esta experiencia de vida que, a partir de un proceso de evangelización y un compromiso personal de santidad, busca responder, con la fuerza del Espíritu Santo, al amor de Dios que se nos ha revelado en Cristo, se realiza en pequeñas comunidades, ordinariamente de 15 a 25 personas, que ofrecen a sus miembros con una metodología sencilla los recursos necesarios para vivir la gracia y la alegría de su Bautismo, como en los primeros días de la Iglesia. Por tanto, modelo de toda CER será la comunidad apostólica que reunida con María, en tomo a Cristo Resucitado, se abre a la luz y a la fuerza del Espíritu Santo, para vivir y anunciar en el mundo a Dios y su Reino.
Cada CER podría describirse corno una agrupación estable y orgánica de personas centradas en Cristo y animadas por el Espíritu Santo, que se aman y se sienten responsables unas de otras desde su profunda experiencia de la paternidad de Dios, que se esfuerzan en edificarse y ayudarse mutuamente, que celebran juntas su fe, que siguen la orientación de sus Pastores y que con su estilo de vida y su compromiso apostólico se hacen testigos y prolongación de Cristo Resucitado.
El desarrollo y organización de las CER tendrá lugar, de acuerdo con su espiritualidad y metodología, en el ámbito diocesano y parroquial en el que encontrarán espacio para su vida, su formación y su apostolado, a partir de la realidad, las instituciones y los proyectos pastorales de la diócesis y de las parroquias.