Somos pequeñas Comunidades Eclesiales que dentro de nuestras Parroquias , tenemos como objetivo «Buscar el Reino de Dios»
(Mt. 6,33)
¿Qué somos?
- Pequeñas Comunidades Eclesiales que, dentro de nuestras Parroquias, tenemos como objetivo «buscar el Reino de Dios». (Mt. 6,33)
¿Esto qué nos pide?
- Siguiendo a Jesús, llegar a la experiencia profunda de que Dios es realmente nuestro Padre. (Mt. 6, 25-33; Lc. 15, 11-31)
- Comprometernos de verdad, con el único ideal de Jesús, el advenimiento del Reino de Dios, queriendo prolongar hoy su «entrega» que glorifica al Padre y salva a los hombres, y que se actualiza permanentemente en la Eucaristía (Lc 22, 19-20)
- Mediante un propósito continuo de conversión (Mc. 1, 15), hacernos, como la Virgen María (Lc. 1, 35-38). plenamente disponibles para lo que el Espíritu de Dios quiera hacer en nosotros a través de nosotros (Jn. 16, 13).
- Esforzándonos, cada vez más, en escuchar la palabra de Dios, celebrar la fe, vivir la fraternidad, testimoniar con la vida y la palabra del evangelio (Cfr. He. 2, 42-47; 4, 32-35), a fin de formar y «transfigurar» a Cristo en nosotros (Gal. 2, 20; 4, 19).
- Reforzar nuestra pertenencia a la Iglesia, como prolongación de la persona, el misterio y la obra de Cristo en la historia (1 Co. 12, 12-30), a partir de una permanente comunión con sus Pastores y una concreta participación en la vida diocesana y parroquial.
¿Qué nos motiva a este proyecto?
- La necesidad de conocer y vivir la espiritualidad cristiana como un camino de plena realización de la persona a nivel individual y social, en el ámbito de una pequeña comunidad que nos sostiene en la fe, la oración, la caridad y el compromiso apostólico.
- El deber y el derecho de asumir como laicos nuestra identidad y misión en la iglesia, viviendo a plenitud el Bautismo, que nos incorpora a la muerte y resurrección de Cristo (Rom. 6, 1-11).
- La urgencia de encarnar nuestra fe en la cultura y realidad actuales, mediante un proceso continuo de evangelización, buscando contribuir a la llegada del «cielo nuevo y la tierra nueva» (Is. 65, 17; Ap. 21, 1).
- La responsabilidad de hacer frente a la indiferencia, a la ignorancia y a la confusión en materia religiosa, que privan a tantas personas de una vida plena y que favorecen el nocivo proselitismo de ciertos grupos religiosos (1 Tim. 4, 1-4).
- La alegría de poder colaborar en la acción pastoral de nuestras parroquias y al bien de la sociedad, a través del testimonio personal y de acciones y proyectos de evangelización y caridad (Mt. 5, 13-16).
¿De qué medios disponemos?
- La vidad de la propia parroquia asumida especialmente en la Eucaristía del Domingo y la celebración del Año Litúrgico, en su dinámica de comunión y en su plan de pastoral.
- La reunión semanal, eje de la vida y actividades de cada comunidad.
- Los compromisos personales de vida, garantía de autenticidad y eficacia para todas nuestras actividades.
- Los programas comunes de las CER: Retiro espiritual anual, curso de formación anual, jornadas de oración, conferencias, proyectos apostólicos…
- Los servicios de animación de las CER: Organismos de coordinación, Itinerario Espiritual, Equipo San Pablo…
- Las iniciativas propias de oración, formación, fraternidad, apostolado o descanso, que cada comunidad juzgue posibles y oportunas.
¿Qué hacemos en nuestra reunión semanal?
✓ Tenemos la alegría de encontrarnos y experimentar la presencia del Señor Resucitado, en medio de los que se reúnen en su nombre (Mt. 18, 20).
✓ Escuchamos y aplicamos a nuestra vida la Palabra de Dios.
✓ Oramos juntos.
✓ Comentamos y aplicamos a nuestra vida la Palabra de Dios.
✓ Estudiamos y profundizamos los misterios de nuestra fe, guiados por el Magisterio de la Iglesia Católica.
✓ Recolectamos una ofrenda para los pobres, como signo de nuestra permanente solidaridad con ellos.
✓ Cada mes, a la luz de la palabra de Dios, aprovechamos una de estas reuniones semanales para:
- Compartir experiencias de fe.
- Potenciar la fidelidad a los compromisos personales.
- Programar o evaluar las diversas actividades o proyectos que se asumen.
- Intercambiar noticias de interés común.
- Revisar la marcha de la pequeña comunidad.
- Si lo juzgamos oportunos, recolectamos una ofrenda.
¿Cuáles son nuestros compromisos personales?
- Lectura asidua y esfuerzo por vivir la Palabra de Dios.
- Oración personal.
- Empeño serio de santidad expresado permanentemente, en un propósito concreto.
- Santificación del Domingo y celebración del Año Litúrgico.
- Esfuerzo constante por vivir la fraternidad y el apostolado.
¿Quiénes son nuestros protectores?
Nuestras pequeñas comunidades están bajo la especial protección de la Santísima Virgen María, de San José y de San Miguel Arcángel, a quienes procuramos honrar con nuestra oración, nuestro amor y, particularmente, con la imitación de sus virtudes.
A la vez, cada comunidad escoge un Santo o una Santa a quien tiene como su modelo y patrono, a quien invoca de modo especial y de quien toma su nombre.
De otra parte, hay también un grupo de personas que ofrecen a Dios su oración y su vida en la caridad para que, dentro la comunidad eclesial, ayudarnos en nuestro camino espiritual. Los tenemos como nuestros «aliados» y partícipes de las buenas obras que podemos realizar.
¿Quién nos orienta y guía?
El primer guía, para que cada CER viva su identidad y su misión, debe ser el Párroco. Se puede contar también con la ayuda de otros sacerdotes o laicos que cumplen la tarea de Asesores.
Además, aunque la buena marcha de cada CER depende del compromiso y de la colaboración de todos sus miembros, tres de sus integrantes conforman la junta coordinadora, que tiene como fin motivar permanentemente la pequeña comunidad en la realización de sus objetivos y ayudarla en la organización de sus actividades y propósitos.
Esta junta esta integrada por un(a) Responsable, un(a) Animador(a) y un(a) Administrador(a), cada uno de los cuales se elige para un periodo de un año pero puede ser reelegido indefinidamente.
¿Cuáles son las funciones de la junta coordinadora?
EL Responsable:
- Se encarga de la coordinación general, y vela directamente porque se cumplan los objetivos y la programación de la comunidad.
- Se mantiene en contacto con el Párroco y los Asesores en orden a todas las decisiones que implique la orientación y el funcionamiento de su comunidad.
- Convoca y preside las reuniones de la Junta Coordinadora, que sean necesarias para la evaluación, programación y seguimiento de la CER.
- Designa y coordina los integrantes de la comunidad a quienes, por turno y según las circunstancias, se les encarga la preparación y conducción de las reuniones u otras actividades.
- Representa su comunidad en las reuniones, eventos y circunstancias en que se requiera.
El Animador(a):
- Promueve todas las iniciativas que juzgue pertinentes y oportunas, en favor de la unión y el buen espíritu entre los miembros de la comunidad.
- Sostiene una permanente comunicación con los integrantes de la CER, transmitiendo las informaciones y avisos que sean necesarios.
- Establece contacto con quienes se ausentan con frecuencia de las reuniones, para informarlos acerca de la marcha de la comunidad, para motivarlos a asistir o para ofrecerles la compañía y los servicios de sus hermanos en caso de que una determinada situación personal lo requiera.
- Se encarga de acoger, orientar y acompañar a los que llegan por primera vez a la comunidad.
El Administrador(a):
- Recolecta y administra los fondos de la CER y las ofrendas que se reciben para los pobres.
- Dispone y organiza, con la ayuda de otros miembros del grupo, cuanto sea necesario con ocasión de retiros, cursos, paseos y demás encuentros o actividades.
- Cuida de que esté siempre disponible y preparado el lugar para las reuniones.
¿Cómo se logra la coordinación de las CER?
Para mantener la identidad y misión de las CER, para acrecentar su «espíritu comunitario, eclesial y real», para animar la mutua colaboración y la organización de los proyectos y actividades comunes se necesita una coordinación general.
Con este fin, funciona el Comité Central, integrado por diez personas elegidas por las CER de entre sus miembros, para un periodo de tres años, pero pueden ser reelegidas indefinidamente.
Para facilitar el cumplimiento de su misión y de sus funciones, el Comité Arquidiocesano se estructura en tres comisiones: Espiritualidad, Planeación y Administración. Además elige uno de sus integrantes, también para un periodo de tres años, como coordinador general de las CER.